Chinche

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1. Descripción morfológica

Por lo general, dos pares de alas; piezas bucales perforadoras y chupadoras en forma de pico (rostro) que normalmente se mantiene debajo del cuerpo. La metamorfosis suele ser incompleta, con fases de huevo y ninfales.
Insectos ovalados, planos, con alas anteriores afuncionales, muy cortas; sin alas posteriores; rostro alojado en un surco ventral; tarsos con 3 segmentos; exclusivamente chupadores de sangre.
Características de las especies y huésped/hábitat:
Chinche de las camas (Cimex lectularius)
Adultos de 5 mm de longitud; color pardo rojizo, que se vuelve rojo púrpura después de alimentarse; antenas bien desarrolladas; ojos simples prominentes; pies con garras que le permiten trepar por superficies rugosas, pero no lisas; relación entre anchura de la cabeza (ojos incluidos) y longitud del tercer segmento antenal generalmente mayor que 1,7.

2. Distribución geográfica

Huésped/hábitat:
El huésped principal es el hombre, aunque parasita también a otros animales de sangre caliente. Se encuentra en habitaciones de viviendas de todo el mundo. Al no poder volar, las chinches de las camas deben arrastrarse o dejarse transportar pasivamente en la ropa, o más probablemente en el equipaje, mobiliario, libros y otros objetos que usan como refugio. Su capacidad para resistir varios meses sin alimentarse aumenta sus probabilidades de sobrevivir a estas formas de transporte, y prueba de ello es la amplísima distribución de estos insectos en todo el mundo.

Aunque las chinches pueden invadir cualquier hogar, es más probable que las infestaciones se produzcan solamente en edificios con niveles de higiene bajos. Por consiguiente, las chinches de las camas se relacionan generalmente con condiciones de pobreza, hacinamiento y falta de higiene.

La mayoría de las infestaciones de chinches de las camas se producen en habitaciones de viviendas, generalmente en los dormitorios. Los estadios juveniles y adultos comparten costumbres y pasan la mayor parte del tiempo ocultos en grietas y ranuras, de las que no salen hasta la noche, generalmente poco antes del crepúsculo, para alimentarse de la sangre de los huéspedes dormidos. Sus escondrijos estarán cerca del lugar en el que duermen los huéspedes: en el bastidor de la cama o el colchón, el mobiliario, detrás de los rodapiés o del papel pintado: cualquier lugar que ofrezca a estas criaturas nocturnas un refugio oscuro para pasar las horas del día.

Las infestaciones tienen lugar especialmente en zonas con alta concentración humana, como hoteles, residencias y colonias de vacaciones.

En climas templados, las chinches de las camas alcanzan el máximo demográfico a principios de otoño. En estas fechas coexisten todas las fases del ciclo vital. Conforme se acerca la estación fría, disminuye su actividad, cesa la puesta de huevos y se ralentiza el desarrollo de las formas juveniles.

Las chinches de las camas hibernan principalmente como adultos, porque los huevos y las ninfas son más sensibles a temperaturas bajas y mueren a principios de invierno si no están en locales con calefacción.

3. Relevancia como plaga

Las chinches de las camas no se consideran transmisoras de enfermedades, pero su actividad chupadora de sangre puede provocar fuertes irritaciones en algunas personas, acompañadas de trastornos del sueño, letargia y apatía, sobre todo en niños. Algunos casos de déficit de hierro en niños se deben a un ataque masivo de chinches de las camas. La picadura causa muchas veces una inflamación dura, de color blanquecino, diferente a la de la pulga, que
deja una mancha roja oscura rodeada de eritema. Cada persona reacciona de manera diferente a las picaduras, y algunas se inmunizan.

Sin embargo, probablemente sea más relevante la aversión que despiertan estos insectos. Los excrementos confieren el característico aspecto moteado a sus refugios, y sus "glándulas hediondas" impregnan las habitaciones infestadas de un característico y desagradable olor a almendras. Además, el mero hecho de pensar en ser presa de los ataques de estas criaturas es suficiente para que la mayoría de las personas emprendan inmediatamente acciones para controlarlas. La chinche de las camas puede incluso propiciar la formación de barrios marginales, al ahuyentar a los propietarios con niveles de higiene aceptables, mientras las personas menos preocupadas por estos temas se queda.
Es interesante comprobar que hay muchos factores que favorecen el mantenimiento de las poblaciones de chinches: las técnicas de construcción modernas, que facilitan el acceso entre propiedades adyacentes; el uso creciente de calefacción central, que favorece la alimentación y proliferación continua durante el invierno, o el comercio de muebles usados, que amplía su distribución, contribuyen a mantener los niveles poblacionales.

4. Ciclo de vida

Los huevos de las chinches de las camas son ligeramente curvados, miden de 0,8 a 1,3 mm de longitud y de 0,4 a 0,6 mm de ancho y están adheridos a las superficies de los refugios, a menudo en grandes cantidades. Los huevos sin eclosionar son de color blanco nacarado, opacos, mientras que los eclosionados, que permanecen mucho tiempo en su sitio después de la eclosión, son opalescentes y translúcidos. La temperatura y la disponibilidad de
alimento tienen un efecto marcado en la producción de huevos, de forma que, en condiciones óptimas, la puesta es casi continua, a razón de aproximadamente 3 por día. Se ha calculado que cada hembra puede poner de 150 a 345 huevos a lo largo de su vida de adulta.

Las ninfas recién eclosionadas no miden más de 1 mm de longitud y, como todas las etapas de ninfa, son muy similares a los adultos, salvo en el tamaño y el color. Los primeros instars tienden a ser de color ámbar, mientras que el color de los adultos es pardo oscuro.
Cada ninfa necesita una ración completa de sangre antes de mudar a la siguiente etapa.
Pese a las diferencias de tamaño, debido sobre todo al alimento disponible, que puede aumentar hasta 6 veces el peso de la chinche, la longitud aproximada de cada una de las cinco etapas ninfales es: etapa I, 1,3 mm; II, 2,0 mm; III, 3,0 mm; IV, 3,7 mm, y V,5,0 mm.
En la última muda aparecen las alas rudimentarias.

La velocidad de desarrollo del huevo al adulto y la longevidad de este varían en función de la temperatura y del alimento disponible. Si se alimentan a menudo y las temperaturas ambiente son normales (aproximadamente 18 a 20 °C), los adultos viven entre 9 y 18 meses, los huevos se incuban en 10 a 20 días y el ciclo completo dura de 9 a 18 semanas. En estas condiciones, las ninfas se alimentan cada 10 días y los adultos cada semana.
Si es necesario, ambas formas pueden sobrevivir mucho tiempo sin alimentarse. Con temperaturas bajas (13 °C), los adultos pueden sobrevivir privados de alimento hasta un año.

En habitaciones sin calefacción, en las que la temperatura baja de 13 °C en invierno, la puesta de huevos, las mudas y la alimentación se interrumpen y la población desciende conforme mueren los huevos y las ninfas jóvenes. En estas condiciones, se desarrolla una sola generación por año. Si las temperaturas no bajan de forma tan acusada, es posible que la reproducción continúe todo el año y de pie a que se desarrollen dos generaciones.

5. Medidas de control

En todas las infestaciones, sobre todo en las recién establecidas en casas con buen nivel de higiene, conviene determinar el foco para poder aplicar los métodos adecuados.
Debe descubrirse el alcance de la infestación mediante una inspección detenida de los locales infestados, pues las medidas de control necesarias dependerán de si la infestación está establecida y se ha extendido a todos los locales o si es de aparición reciente y está probablemente más localizada.

Las medidas de control han de aplicarse a conciencia y en todos los refugios. Si la infestación procede de nidos de aves, será necesario tratar los nidos y es aconsejable cerrar el edificio a la entrada de pájaros.

a) Higiene/gestión

Aunque un nivel de higiene y limpieza doméstica alto no constituye un método de control adecuado, permitirá detectar antes la presencia de las chinches y facilitará su control.
Las chinches solo proliferan si se tolera su presencia. Si se sospecha que existen, una inspección detenida de la cama, las costuras del colchón, detrás del cabezal, etc. debe revelar su presencia. Puede ser útil rociar ligeramente alrededor de estas zonas con un aerosol a base de piretroides, pues esto forzará a los insectos a salir de sus escondrijos.
El hallazgo de huevos o restos de huevos y las manchas negras de los excrementos son también indicativos de su presencia. La ropa de cama (p. ej., sábanas) y la ropa de vestir infestada debe lavarse o quemarse, y también deberán lavarse a fondo los tejidos de las habitaciones infestadas. Es preciso prestar especial atención a eliminar el polvo, la pelusa y los residuos de los refugios de los insectos, p. ej., grietas, ranuras, costuras de tejidos, botones de colchones, etc.

b) Control mediante insecticidas

Para erradicar la infestación será necesario tratar a fondo los locales con insecticidas adecuados, incluidas las camas, otros muebles y los refugios en los tejidos de las habitaciones infestadas. Es aconsejable contratar a especialistas en control de plagas, porque la detección y el tratamiento minucioso de todos los escondrijos de las chinches es un trabajo que exige experiencia.

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